martes, 7 de febrero de 2012


Me amenaza cada domingo puntualmente a las cinco de la tarde. Es el fantasma del lunes que rompe la cálida quietud de los fines de semana. Pone en mi alma zozobra y trepidación. Intento semana tras semana arrancar su hechizo. Pretendo ignorar su poder y, entonces, con más fuerza se yergue bebiéndose los resabios de la felicidad dominguera. Me apabulla. El tabardillo me toma presa. Lo único que me queda es dormir para que no me aplaste su realidad. Solamente así queda inerme. 

1 comentario:

  1. Too deep sister! Ya se acerca tu cumpleaños; ojalá no caiga en domingo!

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