Ese pino mudo
testigo de encuentros,
de almas probadas,
de entregas garbosas
y vidas mediocres.
Es mudo ese pino
pero en su tronco lleva
huellas de palabras,
coloquios con el cielo.
¿Qué me dirías ahora
si tan sólo balbucearas
aquéllo que absorbiste?
¡Qué diálogos tan plenos,
qué firmes esperanzas!
Testigo nada más,
testigo que no habla.
martes, 23 de marzo de 2010
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Vidas mediocres y un testigo mudo... ¿Por qué en algunos sistemas estará tan penalizado hablar?
ResponderEliminarPatzarella, a ese pino lo conoces. Sigue ahí (eso dicen), a unos metros de la huerta de cierto lugar de la geografía mexiquense. ¡Podrás imaginar todo lo que ha escuchado!
ResponderEliminarQué bella imagen, la de un árbol de corteza marcada con pensamientos, testigo mudo de recuerdos.
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