¿Acaso somos un país al que no alcanzará jamás la economía salvífica de la verdadera democracia? ¿Acaso estamos destinados a ser un país de "irredentos"? Solo lo pienso y... quisiera no decirlo.
Esta necesidad imperiosa de bordar con la pluma, de que el papel atrape un poco de mi vida, como si de este modo la mantuviera ajena al tiempo, a lo efímero de los minutos que nunca terminan por ser nuestros… porque ya se fueron.
Sin la redentora idea de un verdadero proyecto de nación viviremos como en el antiguo testamento para siempre
ResponderEliminarVivimos en países de irredentos. Lo llevamos en la sangre y en la historia.
ResponderEliminarHay que aprender a sobrevivir con ello. Me temo.
Un saludo.