viernes, 3 de abril de 2009
Viernes de Dolores
Ya es viernes. Y además de primavera. ¡Oh, vacaciones! ¡Venid a mí, que estoy cansada y fatigada! Pero aún no vienen... ¡Diantres! Y todo el aire lleva olor a descanso, a feria de abril, a jacarandas en flor, a jazmín y azahar. ¡Mecachis! Aquí yo, presa del burocratismo, intentando pasar de las cajas de cartón que hacen de mesilla, del altero de expedientes empeñado en no desaparecer y que me mira con cinismo, de la puerta principal que chirría estridente, del trasnochado “sufragio efectivo, no reelección” que aparece una y otra vez en los oficios disfrazados de solemnes. Aquí yo, en las redes del más profundo quehacer burócrata, contando sin contar las vueltas de las manecillas del reloj, dándome ánimos que no me acabo de creer. Ya falta menos. Aquí yo, en la calma fastidiosa y aletargada de una tarde de calor. Aquí yo, seguiré sufriendo y sufriente en este Viernes de Dolores.
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